Según datos brindados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el ACV es la segunda causa de muerte en el mundo y la primera causa de discapacidad permanente.
En la Argentina, cada cuatro minutos una persona es víctima de un ACV.
El ACV o ataque cerebral, es una afección causada por la súbita pérdida de flujo sanguíneo cerebral (isquémico) o por el sangrado (hemorrágico) dentro de la cabeza.
En la Argentina, cada cuatro minutos una persona es víctima de un ACV.
El ACV o ataque cerebral, es una afección causada por la súbita pérdida de flujo sanguíneo cerebral (isquémico) o por el sangrado (hemorrágico) dentro de la cabeza.
Cualquiera de las dos situaciones puede provocar que las neuronas se debiliten o mueran, ya que sin oxígeno las células nerviosas no pueden funcionar.
Las partes del cuerpo controladas por las regiones del cerebro afectadas, consecuentemente, también dejan de funcionar.
Las partes del cuerpo controladas por las regiones del cerebro afectadas, consecuentemente, también dejan de funcionar.
Los efectos de un ataque cerebral son a menudo permanentes, ya que las células cerebrales muertas no se pueden reemplazar.
Llamado también ACV o Stroke, esta enfermedad vascular se divide principalmente en dos grandes grupos:
Hemorrágicos: aquellos en los que ocurre un sangrado, consecuencia de la ruptura de una arteria. Así, la arteria se rompe por un aneurisma (dilatación progresiva que ocurre en una parte de la arteria debilitada), Cuanto más crece más se dilata y corre riesgo de ruptura.
Isquémicos: aquellos donde la interrupción del flujo sanguíneo se produce por la obstrucción de una arteria del cerebro. En la mayor parte de los casos la obstrucción está producida por la presencia de placas de ateroma, lo que llamamos arteriosclerosis. En otros casos se debe a la llegada de un trombo desde otras zonas del organismo, generalmente desde el corazón (embolia). Es el más frecuente ya que ocurre en el 80% de los casos.
Llamado también ACV o Stroke, esta enfermedad vascular se divide principalmente en dos grandes grupos:
Hemorrágicos: aquellos en los que ocurre un sangrado, consecuencia de la ruptura de una arteria. Así, la arteria se rompe por un aneurisma (dilatación progresiva que ocurre en una parte de la arteria debilitada), Cuanto más crece más se dilata y corre riesgo de ruptura.
Isquémicos: aquellos donde la interrupción del flujo sanguíneo se produce por la obstrucción de una arteria del cerebro. En la mayor parte de los casos la obstrucción está producida por la presencia de placas de ateroma, lo que llamamos arteriosclerosis. En otros casos se debe a la llegada de un trombo desde otras zonas del organismo, generalmente desde el corazón (embolia). Es el más frecuente ya que ocurre en el 80% de los casos.
Afortunadamente, por medio del reconocimiento temprano de los signos de un ataque cerebral y la búsqueda inmediata de atención médica se pueden reducir considerablemente las posibilidades de muerte y discapacidad.
Los nuevos tratamientos sólo funcionan si son aplicados dentro de las tres primeras horas de presentados los síntomas iniciales, entre los que se cuentan:
Existen dos tipos de factores de riesgo para el ataque cerebral: controlables y no controlables. Los primeros son bastante conocidos por la población, debido a que son los mismos que para la enfermedad coronaria y el infarto cardíaco:
Factores de Riesgo Controlables
Factores de Riesgo No-Controlables
Adicionalmente existen factores de riesgo no controlables. Es importante reconocerlos para poder identificar individuos con un mayor riesgo de sufrir un ataque cerebral:
Fuente: Ataque Cerebral
Los nuevos tratamientos sólo funcionan si son aplicados dentro de las tres primeras horas de presentados los síntomas iniciales, entre los que se cuentan:
- Falta de sensación, debilidad o parálisis repentinas en la cara, el brazo o la pierna, especialmente en un lado del cuerpo. Se trata del síntoma más frecuente.
- Confusión súbita, problemas repentinos para hablar o entender.
- Problemas repentinos para ver con uno o los dos ojos.
- Dificultades para caminar, mareo, vértigo, pérdida del equilibrio o falta de coordinación.
- Dolor de cabeza súbito y de máxima intensidad.
Existen dos tipos de factores de riesgo para el ataque cerebral: controlables y no controlables. Los primeros son bastante conocidos por la población, debido a que son los mismos que para la enfermedad coronaria y el infarto cardíaco:
Factores de Riesgo Controlables
- Hipertensión Arterial. Es el factor de riesgo más frecuente; está presente en casi el 80% de los pacientes que sufren un ataque cerebral en la Argentina.
- Diabetes. El control de la diabetes es esencial. En la Argentina, el 22% de los pacientes que sufren un ataque cerebral es diabético.
- Alcoholismo. El consumo excesivo de alcohol tiene una estrecha relación con el riesgo de sufrir hemorragias cerebrales.
- Cigarrillo. El riesgo de sufrir un ataque cerebral aumenta entre un 50% y un 70% en fumadores y el impacto es mayor en mujeres.
- Colesterol elevado. El colesterol aumenta el riesgo de que se tapen las arterias, incluidas las que van al cerebro.
- Sedentarismo. La falta de actividad física puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
- Drogas ilícitas. La cocaína y otras drogas se asocian a una mayor frecuencia de ataques cerebrales.
- Obesidad. La obesidad es un importante factor de riesgo y su presencia potencia a otros factores.
Factores de Riesgo No-Controlables
Adicionalmente existen factores de riesgo no controlables. Es importante reconocerlos para poder identificar individuos con un mayor riesgo de sufrir un ataque cerebral:
- Edad. El riesgo de sufrir un ataque cerebral se duplica a partir de los 55 años de edad.
- Género. Los hombres tienen mayor riesgo con respecto a las mujeres.
- Herencia. Las personas con antecedentes familiares de enfermedad coronaria o cerebrovascular constituyen un grupo de mayor riesgo.
- Antecedentes personales. Quienes ya sufrieron un ataque cerebral tienen mayor riesgo de tener otro.
Prevención
Si bien el riesgo de sufrir un ataque cerebral no puede eliminarse por completo, puede trabajarse para disminuir la probabilidad de sufrir un evento mediante:
- Controles médicos regulares.
- Estricto control de la presión arterial.
- Abandono total del cigarrillo.
- Optimización y seguimiento médico de la dieta.
- Ejercicio físico bajo supervisión médica.
- Control estricto de la diabetes.
- Control y tratamiento de las enfermedades del corazón.
Actividades
Ineba. Jornada sobre Ataque Cerebral para la Comunidad se realizará el miércoles 29 de octubre a las 18:30hs. La actividad es libre, gratuita y sin inscripción previa, tendrá lugar en el auditorio de la Fundación INEBA (Guardia Vieja 4467). Más información en: www.ineba.net // Centro de Atención Telefónica: 4867-7700
Hospital Italiano. Charla gratuita sobre "Accidente cerebrovascular ¿Que debemos saber, conocer y hacer?", el día miércoles 29 de octubre a las 19.30hs, en Perón 4190.
Nueva edición del Cerebro Gigante. El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, la clínica La Sagrada Familia, junto a FENERI y la Asociación Argentina de Ataque Cerebral (AAAC) presentan una nueva edición del Cerebro Gigante.
El mismo podrá visitarse el 5 de noviembre de 9 a 19 hs en La Plaza del Vaticano, al lado del Teatro Colón. Contará con material audiovisual y gráfico, con información clave sobre las señales de alerta del ACV y sus tratamientos.
Fuente: Ataque Cerebral
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