Al igual que la escritura, el teclado es una tecnología que se ha vuelto tan cotidiana que casi ni la notamos en nuestras vidas. Esta es su historia.
Aunque no solemos detenernos a pensar lo suficiente en ese hecho, nuestro mundo moderno avanza a una velocidad que casi deja sin aliento.
Hay un montón de tecnologías que se han arraigado tanto en la sociedad que casi no nos imaginamos un mundo sin ellas, pero la realidad es que muchas tienen poco más de medio siglo, y en algunos casos como los smartphones, poco menos de una década.
Hay un montón de tecnologías que se han arraigado tanto en la sociedad que casi no nos imaginamos un mundo sin ellas, pero la realidad es que muchas tienen poco más de medio siglo, y en algunos casos como los smartphones, poco menos de una década.
Sí, nuestro mundo avanza deprisa. Tanto que el año que viene podríamos ver tecnologías que llegarán para meterse en nuestras vidas y ser parte del día a día de millones de personas en cuestión de meses. Hay tecnologías tan metidas en nuestras vidas que casi parece que tuvieran siglos con nosotros cuando nada podría estar más lejos de la realidad, y ese es el caso del teclado.
La mayoría de las grandes tecnologías modernas han sido el fruto de décadas de evolución de otras tecnologías. Ningún caso ilustra ese concepto mejor que el del teclado. Como seguramente pueden imaginar, el gran predecesor del teclado es la máquina de escribir. Las primeras máquinas de escribir pueden ser rastreadas a principios del siglo XVIII, pero claro, esas máquinas en poco se asemejaban a nuestros teclados modernos.
Los precursores del teclado actual
Si queremos hablar del eslabón perdido de la evolución del teclado, entonces hará falta que volquemos nuestras miradas sobre las máquinas de escribir que Sholes & Glidden presentaron en 1874 basadas en una nueva distribución a la que bautizaron QWERTY. Esta distribución tardó poco en convertirse en el estándar que gobernaría los próximos 140 años, y que a día de hoy sigue siendo el más usado, aunque la mayoría de los teclados ya no sean físicos sino digitales.
No hay un consenso respecto a la razón original de distribuir las letras de tan peculiar manera. La teoría más aceptada afirma que se dispuso así para evitar atascos en el mecanismo de las primeras máquinas de escribir, pues las teclas que se usaban con más frecuencia quedaban relativamente separadas entre sí (dentro del mecanismo).
Las máquinas de escribir fueron un gran invento en su momento, pero su intricado mecanismo con tendencia a atascarse cuando se escribía demasiado rápido era un constante problema. Es por eso que tan pronto como pudimos, sustituimos los sistemas mecánicos por electrónicos, primero en los teletipos de finales del siglo XIX y luego con las máquinas de escribir eléctricas a mediados del siglo pasado.
Fue precisamente el cambio de los sistemas mecánicos por los electrónicos lo que preparó el camino para la llegada de los teclados como los conocemos a día de hoy.
Aquellos que recuerden las primeras computadoras de uso masivo también recordarán que los diseños solían basarse en un bloque único o en un teclado en el que se integraban la tarjeta madre el procesador y demás elementos, quedando el monitor por separado. Estos diseños sin duda son muestra de la herencia de la computadora y el teclado respecto a las máquinas de escribir.
La PC y el teclado moderno
De cualquier modo, los teclados como periféricos independientes no comenzarían a hacerse populares hasta la década de los 90, cuando nace la PC de IBM y Microsoft se adueñó del mercado y la computadora dejó de ser una unidad compacta para convertirse en un grupo de periféricos conectados a la torre en la que se ubicaban en CPU y la Tarjeta Madre.
En aquél entonces el teclado al igual que el mouse se comunicaban con la computadora mediante el puerto PS/2. Seguro muchos recuerdan los puertos en dos colores, violeta para el teclado y verde para el ratón. El par de puertos PS/2 fueron desarrollados por IBM para sus PC, por lo que todos los clónicos que llegarían con los años siguientes habrían de heredarlo imponiendo así el teclado externo.
El siguiente paso para los teclados fue hacerse cada vez más delgados y actualizar la forma en que se conectan con los ordenadores. La mayoría de los teclados actuales funcionan mediante USB, ya sea por cable o de manera inalámbrica, pero también aprovechan otros estándares como el Bluetooth que le permiten conectar a dispositivos móviles además de a computadoras. También tenemos teclados flexibles y resistentes al contacto con los líquidos.
Parece que el siguiente paso en la historia natural del teclado es dejar de ser piezas de hardware y convertirse en software. Los teclados más usados en la actualidad son las pantallas táctiles, y es que en un mundo en el que el método favorito de comunicación y conexión son los smartphones junto a los tablets, los teclados físicos han pasado a un segundo lugar, más como herramientas de productividad.
Fuente: Gizmologia
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