Científicos de la Universidad de Harvard, en EE.UU., acaban de presentar el primer robot flexible completamente autónomo.
No requiere ni cables ni baterías, ya que se alimenta de una reacción química que propulsa gas hacia sus patas onduladas para permitir su movimiento.
No requiere ni cables ni baterías, ya que se alimenta de una reacción química que propulsa gas hacia sus patas onduladas para permitir su movimiento.
Se llama Octobot, porque tiene forma de pulpo (octopus es pulpo en inglés) y viene pisando -o, mejor dicho, flotando- fuerte: quiere abrir el paso a una nueva generación de "robots suaves".
Pero, ¿qué usos puede tener un "robot-pulpo" que se impulsa por gas? La clave de la respuesta está en su movimiento ondulado flexible, posible gracias a un cuerpo de geles de silicona. Y esa no es la única característica que hace a Octobot único.
El "cerebro" es un circuito flexible que dirige el flujo de combustible, peróxido de hidrógeno, a través de unos canales, al presionar unas válvulas que se inflan como globos y envían gas a su anatomía.
"Es una analogía de lo que sería un circuito eléctrico, pero en lugar de hacer circular electrones estamos haciendo pasar líquidos y gases", explicó el ingeniero Robert Wood, de la Universidad de Harvard, uno de los responsables de la creación del robot, a la revista Nature.
Cuando esos fluidos llegan a sus diminutas patas de caucho (el robot mide apenas 2 centímetros de largo), se produce el movimiento.
Pero Octobot todavía está aprendiendo a desplazarse, moviendo sus ocho extremidades de forma alternativa, lentamente, hacia arriba y hacia abajo. Y aunque todavía no es capaz de salir a dar un paseo, su pequeño pasito de baile significa, en realidad, un gran paso hacia adelante.
Pero Octobot todavía está aprendiendo a desplazarse, moviendo sus ocho extremidades de forma alternativa, lentamente, hacia arriba y hacia abajo. Y aunque todavía no es capaz de salir a dar un paseo, su pequeño pasito de baile significa, en realidad, un gran paso hacia adelante.
Pero el objetivo final de Octobot no es aprender a bailar o desplazarse sin más. Octobot pretende ser una revolución no sólo en robótica, sino también en medicina y en el salvamento.
Lo que se espera es que, gracias a su forma flexible, pueda adentrarse en lugares difícilmente accesibles, lo cual puede ser muy práctico en operaciones quirúrgicas complejas. Asimismo, podría tener un papel importante en operaciones de rescate en zonas de difícil acceso.
Estas tareas de salvamento implican un alto nivel de interacción humana y son prácticamente imposibles para los robots rígidos convencionales, cuyo uso cobra más sentido en entornos repetitivos y estructurados, como las fábricas.
Lo que se espera es que, gracias a su forma flexible, pueda adentrarse en lugares difícilmente accesibles, lo cual puede ser muy práctico en operaciones quirúrgicas complejas. Asimismo, podría tener un papel importante en operaciones de rescate en zonas de difícil acceso.
Estas tareas de salvamento implican un alto nivel de interacción humana y son prácticamente imposibles para los robots rígidos convencionales, cuyo uso cobra más sentido en entornos repetitivos y estructurados, como las fábricas.
Fuente: La Nación
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