2 de julio de 2014

El estadio más sustentable de la Copa del mundo.

El legendario futbolista Manuel Francisco dos Santos, apodado Mané Garrincha, le presta su nombre al Estadio Nacional de Brasilia. Garrincha, reconocido por su velocidad y gambetas, brilló con la Selección Brasilera al lado de astros como Pelé y Nilton Santos. 

El recinto original construido en 1974 fue totalmente demolido y reemplazado por un nuevo estadio que homenajea la arquitectura que Oscar Niemeyer delineó para Brasilia.

El monumental edificio está rodeado por una columnata compuesta por 288 pilares de 36 metros de altura que arman una visera de protección. Este espacio intermedio semicubierto acoge las circulaciones e ingresos y deja ver el interior del estadio. La explanada de 618 mil m2 que rodea el estadio facilita el acceso a todos los niveles de tribuna de manera independiente y rápida. Del mismo modo, la evacuación se puede hacer en solo ocho minutos.

Una obra sustentable

Para levantar el Estadio Nacional se utilizaron más de 117 mil metros cúbicos de hormigón, buena parte del mismo se destinó para fabricar las 1.604 piezas premoldeadas que forman la tribuna. Además, la construcción consumió 22.200 toneladas de acero, 170 toneladas de arena y 15 mil metros cúbicos de madera. Todo el material recuperado del antiguo estadio fue aprovechado en la propia obra o en cooperativas de reciclaje de la ciudad.

La columnata que conforma la fachada soporta el techo conformado por tres anillos: uno exterior, de hormigón, sobre el que se colocaron los paneles solares, una membrana de fibra de vidrio y teflón en el centro y un alero de policarbonato que define el óculo. Por debajo de la cubierta liviana, una red conforma un cielo raso inferior y genera una cámara de aire para favorecer la aislación térmica.


El material de la cobertura repele la suciedad ambiente y permite ahorrar energía al facilitar la ventilación natural y disminuir la sensación de calor dentro del estadio. La membrana también capta el agua de lluvia que se destinará a cinco reservorios para su reutilización. Los depósitos pueden recolectar 8 millones de litros de agua en época de lluvia. Además, para no perder superficie absorbente en el área exterior del estadio, se colocó un pavimento especial por el que se cuela el agua.


Usina solar

Los paneles fotovoltaicos dispuestos en el techo aprovechan las excelentes condiciones de radiación de la región. Son capaces de generar más energía de la que el edificio necesita: “Solo será necesario recurrir a la red durante un evento”, explica Castro Mello. El edificio producirá 3,5 Kw/h anuales cuyo excedente podrá comprar la compañía de electricidad gracias a una legislación especial que lo permite. En nuestro país, esa situación no está habilitada todavía.


Fuente: Clarín

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