El código QR permite tender un "puente" entre el universo digital y el físico. Por eso, de un tiempo a esta parte dejó de ser exclusivo del ámbito tecnológico para invadir los supermercados, librerías y otros espacios urbanos.
Desde la llegada de los smartphones, el celular dejó de ser una mera vía de comunicación telefónica, para pasar a centralizar gran parte de las actividades cotidianas. Y actualmente, gracias al boom del QR, serán muchas más.
El código QR (por Quick Response o Respuesta rápida) permite leer información a través del celular, a partir de la decodificación de una serie de símbolos alfanúmericos.
Encriptar información según este lenguaje es simple, de hecho hay sitios como Kaywa que lo hacen automáticamente. Lo impresionante es la amplitud de posibilidades en cuanto a su aplicación: carteles en la vía pública, edificios históricos, vallas publicitarias, webs de descarga de contenidos e incluso, en tarjetas personales para adjuntar el CV.
La firma de supermercados Cencosud ya se aventuró en Chile, con la novedosa propuesta de las góndolas virtuales en los andenes del metro. A su vez, Infobae y C5N también lo implementaron con el fin de ampliar las noticias a su audiencia a través de las publicidades en revistas y vía pública.
¿Cómo funciona este sistema?
El código QR es similar a un código de barras, pero evolucionado que permite almacenar en un cuadrado bidimensional 7000 dígitos, 4000 letras o una imagen de hasta 3 kb.
Para decodificarlo es necesario un teléfono inteligente con cámara de fotos, y una aplicación capaz de interpretarlo.
Algunos de los software gratuitos disponibles para leer el código QR se encuentran el Tap Reader de iPhone, el Barcode Scanner, de Android, y Barcode reader para Symbian. Blackberry tiene el Beetagg y sino, para hacerlo desde la computadora, el BarCapture.
Sólo hay que ingresar a la aplicación y enfocar el cuadrado con la cámara del teléfono, que va a reconocer los tres cuadrados más pequeños y a capturar la imagen de forma automática.
Inmediatamente surgirá la opción: Abrir navegador, compartir por correo electrónico o por SMS.
Según difunde Clarín, el legislador Ezequiel Fernandez Langan presentó un proyecto de ley que propone implementar el código de respuesta rápida en la Ciudad de Buenos Aires.
Las ventajas que señalan, es que el código se puede usar en espacios reducidos como prendedores, tarjetas o etiquetas, y si una parte está borrosa o deteriorada -no más del 30% la decodificación puede realizarse igual. Un verdadero universo de posibilidades.
Fuente: Infobae
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