Las bitcoins fueron creadas hace dos años por Satoshi Nakamoto, como una moneda ajena a controles gubernamentales o de bancos centrales.
En la actualidad, el dinero electrónico es moneda corriente en cualquier bolsillo moderno. Pero ahora hackers, técnicos informáticos y programadores están dando un paso que va mucho más allá. Vienen modelando una economía digital, cuya divisa no está representada en papel ni metal y sólo circula en Internet. Tampoco cuenta con el aval de ningún gobierno ni entidad financiera.
Esta moneda, aún en etapa experimental, se llama BitCoin, ya está operativa. Y se puede usar para comprar y vender bienes y servicios. Sus creadores la definen como “un sistema monetario que no se basa en leyes o reglas, sino en matemática y criptografía, que no necesita de ninguna autoridad para ser establecida”.
El hecho de que se puede usar de manera anónima y la solidez criptográfica (guarda una secuencia alfanumérica de 33 caracteres, lo que garantiza que sólo puedan ser gastadas por su dueño, y nunca más de una vez) motivaron que en pocos meses se expanda el número de usuarios y sitios de intercambio de esta moneda. Con el espíritu libre de Internet, fue construida colectivamente a través de una plataforma de código abierto, lo que garantiza su transparencia pero, como cualquiera puede modificarla, quizá muestra alguna fragilidad.
Les dejo un video explicativo sobre el tema:
El motor de esta economía es el mismo software que mueve a las redes BitTorrent o eMule, donde los usuarios intercambian películas y canciones. Una vez descargada una aplicación, el usuario recibe un “monedero” con dos llaves, que garantizan transacciones seguras. Según la propia página de Bitcoin refiriendose al tema de la seguridad, “la moneda contiene la clave pública de su propietario. Cuando esa moneda se transfiere del usuario A al usuario B, A agrega la clave pública de B a la moneda y la firma con su propia clave privada. Ahora B es propietario de la moneda y puede transferirla si lo desea. Para prevenir que A pueda transferir la moneda usada a otro usuario C, una lista pública (pero anónima) de las transacciones previas se elabora por los nodos de la red Bitcoin, y antes de cada transacción se comprueba que la moneda no haya sido transferida anteriormente”
La negociación (siguiendo la lógica del P2P) es entre dos personas y cada parte tiene una “billetera virtual” desde la que puede enviar BitCoin o recibirlos y, si quiere, puede cambiarlos a dólares u otra divisa. El dinero real es depositado en la cuenta del banco del interesado.
La principal ventaja es que la transferencia se realiza entre particulares, sin necesidad de contar con un intermediario. Esto también se aplica a transferencias internacionales, donde no existen cargos extras por el envío ni hay topes en el monto. Por ahora son pocos las instituciones y empresas que aceptan BitCoins (Wikileaks es una de las excepciones).
El valor de la moneda está protegido contra la inflación mediante el uso de una complejidad aritmética que la mantenga artificialmente escasa. En la actualidad hay alrededor de 6,3 millones BTC en circulación y sus promotores se trazaron como límite los 21 millones, que alcanzarán recién en 2140.
Quienes apuesten por esta moneda pueden recibir una grata sorpresa. En una suerte de lotería fantasma el soft de cada cliente P2P ejecuta un sorteo empleando una rutina matemática. Unas 6 veces por hora alguien es beneficiado con un depósito en su cuenta. En la actualidad es de 50 BTC, lo que equivale a unos 3.500 pesos. Como aquellos colonos del siglo XIX, que enloquecían por la fiebre del oro, a los buscadores de esta recompensa se los denomina mineros.
Existe un floreciente mercado cambiario que mueve más de 15 millones de dólares al mes, centrado básicamente en el sitio Mt. Gox, con el 80% del mercado.
Fuente: iEco
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